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¿Sabías que existen suficientes pruebas para determinar que viajar es bueno para la salud? Así es, es beneficioso para tu salud mental y física. Y aunque no es considerado un deporte, quienes viajan de forma constante saben que requiere la misma disciplina y fortaleza que los deportes más arriesgados.
Sin embargo, no hace falta que seas un nómada para beneficiarte de todas las ventajas de viajar para la salud. Un solo viaje, por cosmopolita que sea, puede mejorar tu estado físico y mental en poco tiempo.
Si quieres saber cómo es posible que una mochila o maletas, un avión, unas fotos y lugares sorprendentes te ayuden a mejorar tu salud, sigue leyendo:
Planificar un viaje
¿Sabías que incluso planificar un viaje puede ser muy estimulante y mejorar nuestra salud? Cuando planeamos un evento feliz o imaginamos sucesos interesantes, felices e importantes para nosotros, empezamos a segregar serotonina, oxitocina e incluso adrenalina.
Es decir, somos capaces de mejorar nuestra felicidad anteponiendo los hechos. En ocasiones, tanto casi como cuando ocurren.
Según un estudio de la Universidad de Cornell, desde el comienzo de la expectativa de un viaje es posible mejorar tu estado anímico mucho más que con la expectativa de comprar bienes materiales. Asimismo, aunque no lo creas, gracias a las hormonas de la felicidad, puede que hasta se reduzca tu estrés mientras lo planeas.
Claro que para ello debes imaginar el viaje mientras lo planeas, ese es uno de los mejores consejos de viaje. Probablemente, reservar vuelos u hoteles, sin planificar tus excursiones o las visitas, no te generará demasiado placer. Procura centrarte en las vivencias y no en las reservas o en los números, y empezarás a disfrutar mucho antes de poner un pie en el aeropuerto.
7 motivos por los que viajar es bueno para la salud
Muchas o algunas de las actividades que nos atraen pueden traernos consecuencias negativas, como ver una película hasta tarde, tomar cerveza con unos amigos, hacer cenas copiosas en Navidad. Tienen muchos beneficios y sin duda, mejoran nuestra salud de cierto modo, pero también la perjudican.
En cambio, los viajes son un placer, uno de los más deseados y, además, no tienen contraindicaciones.
Los viajes son fuente de salud, y la propia ciencia lo ha demostrado. Por eso, tienes que dejar de poner excusas para elegir tus próximas vacaciones.
Mejora la autoestima
Trabajar la autoestima es uno de los principales objetivos de casi cualquier persona. Por equilibrada y bien construida que tengas la autoestima, siempre puede haber algún punto donde florece y ahí te pueden ayudar los viajes.
¿Por qué viajar mejora la autoestima? Porque un viaje, aunque sea en un crucero con todo incluido, siempre es un desafío.
No obstante, cuanto más intempestivo o inesperado es el viaje, más nos ayudará a crecer ante la adversidad. Es decir, viajando a un país lejano y conociendo una cultura diferente, probablemente se te presenten más problemas a los que hacer frente o situaciones nuevas en las que tendrás que ingeniárselas. Sobre todo, si viajas solo.
El hecho de que descubras que puedes vencer todas las situaciones que se te presentan, mejorará tu autoestima.
Además, dispondrás de nuevas anécdotas e historias que contar. Tendrás esa sensación de haber vivido algo único e irrepetible, lo que te ayudará a sentirte mejor contigo mismo.
Reduce el estrés y aumenta tu bienestar
Sin duda, los viajes aumentan el bienestar, pero, ¿reducen el estrés? Lo cierto es que, aunque los viajes pueden estar llenos de momentos muy estresantes, también es cierto que generalmente, salvo que tengas un gran percance, es ese estrés que llamamos “estrés bueno”.
Siempre aumenta tu adrenalina para que pocos minutos u horas después se alivie y sientas una oleada de felicidad, tranquilidad y bienestar. De hecho, esa mezcla explosiva de nervios y placer cuando pagamos un vuelo o reservamos una excursión es muy beneficiosa para nuestra mente.
Además, sin duda, una vez estés en el lugar de destino disfrutando del sol y de la playa, de la montaña y la nieve, o de una ciudad desconocida, tus niveles de estrés se reducirán. Por fin podrás dejar atrás la rutina, el cansancio y los pequeños o grandes problemas del día a día.
Tendrás unos minutos para ti y los tuyos, y los problemas de la vida laboral, por ejemplo, quedarán muy atrás, serán una pausa para que vuelvas con energías.
Rejuvenece tu cerebro
Sí, el cerebro tiene la facultad de rejuvenecer gracias a la adquisición de nuevos conocimientos y experiencias. Es decir, cuanto más vivimos, si esas vivencias son de calidad, rejuvenecemos, en vez de envejecer.
El motivo es que está demostrado que, ante acontecimientos nuevos, las neuronas crean nuevas conexiones, es decir, nuevas rutas. De ese modo favorecemos la creación de más neuronas y, además, encontrar nuevas formas de comprender, resolver problemas, conocer, comunicar… esas nuevas conexiones son nuevas rutas de la cognición.
También, solo el hecho de hablar un nuevo idioma, conocer otras palabras o bien, crear un mapa mental de una zona que no conocíamos, estimulan nuestro cerebro.
La idea final es que viajar vuelve a nuestro cerebro más plástico, más adaptable.
De hecho, la Sociedad Española de Neurología (SEN) ha explicado que estos beneficios son útiles incluso para aquellos que ya han comenzado una enfermedad neurológica.
Estimula el sistema inmunológico
Así es, si quieres mejorar tu sistema inmune, reserva un vuelo y un hotel. El motivo es sencillo; cada vez que viajamos a un lugar nuevo, nuestro cuerpo percibe que su atmósfera, por ejemplo, es muy diferente, y se adapta. Es una forma de poner a nuestro cuerpo en nuevas situaciones y pedirles que le haga frente cuanto antes.
De ese modo lo estimulamos y lo preparamos para cualquier ataque generando los anticuerpos necesarios. Lo mismo puede ocurrir, si cambiamos de clima, humedad, fauna o flora con la que nos encontramos, gastronomía… En todo el viaje nuestro cuerpo está activándose y evolucionando.
Aunque por supuesto, recuerda que si viajas a un lugar lejano deberás informarte acerca de las vacunas pertinentes.
Te brinda felicidad por mucho tiempo
Si, viajar es bueno para la salud fundamentalmente porque nos da felicidad. Y un motivo muy importante de que viajar sea fuente de felicidad, son los buenos recuerdos.
Es decir, cuando viajamos somos felices durante esos instantes, que pueden ser horas, días o semanas. Igual que cuando comemos, compramos algo que nos interesa, pasamos tiempo con amigos o familiares queridos…
Pero la principal característica de los viajes es que además de ofrecerte felicidad en el momento, te crean recuerdos muy poderosos. No todos recordamos cualquier tarde con amigos por feliz que fuera. En cambio, recordamos casi todos los días y horas de un viaje. No importa que hayas viajado mucho, los recuerdos siempre son muy intensos.
Esto nos permite no solo ser felices durante, sino también después. Por ejemplo, explicando nuestro viaje a familiares, hablándolo con nuestra pareja, viendo algunos souvenirs o fotografías…
Es decir, los viajes, a diferencia de las compras, dan placer a largo plazo.
Y como ya has podido leer, casi siempre ofrecen también una felicidad previa al acontecimiento.
Mejora la salud de tu corazón
Este es quizá uno de los beneficios de viajar, menos conocidos. Aunque se puede considerar un beneficio indirecto, lo cierto es que este demuestra que viajar es bueno para la salud y que, por ello, no deberías pasar más de un año sin planear un viaje, por pequeño que sea.
La denominada “actividad social colectiva” según un estudio de la Universidad de Jyväskylän, en Finlandia, promueve la movilidad corporal, la cual es muy común en los viajes. De hecho, en los viajes comúnmente hacemos más ejercicio de lo que imaginamos, sin ser conscientes de ello.
Otro estudio en la misma línea, demuestra, por ejemplo, que los hombres que más viajan tienen un 21% menos de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio.
Aumenta la concentración y la memoria
Está demostrado que después de un viaje mejoramos nuestra atención y concentración. De hecho, la psicóloga clínica Francine Lederer, ha encontrado que mejoramos la productividad después de unas vacaciones.
Nuestro cerebro parece haber hecho una especie de reseteo y se encuentra como nuevo para afrontar el estrés y la actividad cotidiana.
Conclusión
Viajar es bueno para la salud de muchas formas diferentes. Ayuda a nuestro corazón, rejuvenece nuestro cerebro, impulsa las hormonas de la felicidad, nos causa bienestar y nos libera del estrés y mucho más. Además, hay evidencia científica suficiente que demuestra que viajar con regularidad mejora nuestra salud física y mental y aumenta nuestra esperanza de vida.
Además, la felicidad que nos aporta es mucho más duradera que la de comprar cualquier bien material.